NO TENGAS VERGÜENZA DE CULTIVAR TU FASHIONISTA INTERIOR O GLAMAZON ESTE VERANO

Los ricos y diversos mundos del cabello y la belleza a menudo reciben mala prensa. Con desprecio apenas disimulado, los gurús y los reinos más serios de los medios antiguos y nuevos infieren que esos temas son para personas que carecen de cualquier tipo de intelecto. Tales temas a menudo se ven como el coto privado de los frívolos o de aquellos que creen en el consumo ostentoso y sin gloria.

Sin embargo, una destacada psicóloga de unos 28 años, Vivian Diller, ha lanzado una especie de lucha apasionada. Ex modelo y bailarina de ballet, ahora trabaja como terapeuta en el norte del estado de Nueva York y ha proclamado que una fascinación general por el cabello y la belleza en realidad puede mejorar la salud de las personas. Incluso afirma que tal devoción puede agregar años a su vida.

Lamentó que a menudo la hacían sentir avergonzada y menos que digna durante su adolescencia cuando experimentaba con tonos vibrantes de lápiz labial, o simplemente quería cultivar su glamazon interno. Los novios se burlaban de ella por su entusiasmo por los cosméticos y preferían una apariencia más simple y sucia, infirió en su sitio web.

Se sintió obligada a encajar en una multitud que prefería vestirse de forma informal. Lamentó deshacerse de facetas inherentes de su carácter en un intento por ajustarse a sus creencias opuestas.

Reveló que se ha demostrado que participar en actos de cuidado personal, como maquillarse o hacerse la manicura, estimula los centros de recompensa en el cerebro de una persona.

Más comúnmente conocida como la corteza orbitofrontal, se descubrió que los neurotransmisores como la serotonina y la dopamina se liberan en este dominio cuando las personas experimentan experiencias positivas. Aumentaron y prolongaron ese estado mental de acuerdo con la investigación científica, donde se usaron resonancias magnéticas. Se descubrió que recibir un corte de pelo o un tratamiento facial induce una especie de euforia, que tiene un efecto similar a los opiáceos suaves.

El Dr. Diller explicó además en un artículo para el Huffington Post: “Cuidarnos a nosotros mismos, incluso dedicar unos minutos a maquillarnos, cuidar nuestra piel o arreglarnos el cabello puede tener un impacto positivo en nuestra salud.

“Estoy convencido de que la forma en que nos vemos y cómo nos sentimos están íntimamente conectados. Las mujeres que he entrevistado me han demostrado que una imagen positiva de sí mismas no solo mejora su sensación de bienestar, sino que también contribuye a su salud a largo plazo.

“Cuando se ven bien, se sienten bien y cuando se sienten bien, se ven bien. Y hay un creciente cuerpo de datos científicos para respaldar esta interacción”.

Ella dijo que las personas que eran más conscientes de su cuerpo exhibieron un mayor compromiso para mejorar su salud en general. Por lo general, estaban motivados para buscar consejo médico, tenían niveles superiores de inmunidad natural y eran menos propensos a participar en comportamientos autodestructivos, como comer en exceso.

Se inclinaban a ser más serenos y conscientes de sí mismos. Tendían a poseer una disposición más agradable y probablemente tenían niveles de estrés más bajos. Esto a menudo lleva a que su vida útil se extienda por más de 7,5 años, afirmó.

Ella continuó: “La experiencia psicológica de sentirse positivo con uno mismo se conoce como bienestar subjetivo (SWB) y se ha demostrado que tiene importantes beneficios para la salud a corto y largo plazo. Las personas con SWB tienden a comer y dormir mejor y, en general, se cuidan mejor.

“Los comportamientos de belleza y cuidado personal mejoran el SWB, lo que a su vez promueve otros comportamientos de cuidado personal.

“Por ejemplo, las personas con una actitud positiva tienden a tomarse un tiempo para sí mismas (hacer ejercicio, bañarse, hacerse la manicura y la pedicura) y, como resultado, se sienten y se ven más relajadas.

“Los comportamientos y actitudes positivos también conducen a experiencias interpersonales más satisfactorias. Por lo tanto, se desarrolla un ciclo cognitivo-conductual que mantiene la conexión belleza-salud en curso: cuidado personal y relajación > actitud positiva > salud mejorada > mayor atractivo > retroalimentación afirmativa > refuerzo para el cuidado personal y la relajación > continuidad del ciclo. Es un proceso de retroalimentación cíclica que impacta el bienestar a largo plazo y respalda el vínculo intrínseco entre la salud y la belleza”.

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